Los aficionados del Manchester United o del Tottenham Hotspur celebrarán a sus héroes por clasificarse para la Liga de Campeones, posiblemente al alcanzar una final en uno de los estadios más cautivadores de Europa, apodado `La Catedral`.
Ambos equipos aspiran a dejar atrás sus decepcionantes temporadas y su mala racha en la Premier League para hacerse con el título de la Europa League.
Para el Spurs, esta final representa la oportunidad de conseguir su primer trofeo importante desde 2008.
Para el United, es una posible vía indirecta para regresar a la élite del fútbol europeo en una temporada en la que su posición en liga podría ser muy baja, solo por encima de los equipos descendidos.
Sin embargo, el estadio donde se enfrentarán ofrece tantas historias fascinantes como el propio partido.
El Manchester United venció al Athletic Club en las semifinales, impidiendo que el equipo bilbaíno jugara una final europea en su propio estadio.
La UEFA eligió el Estadio de San Mamés para albergar la final de la Europa League de esta temporada en parte porque estaba programado originalmente para ser sede de cuatro partidos, incluyendo los tres encuentros de la fase de grupos de España, durante la Eurocopa 2020.
Sin embargo, debido a las altas tasas de Covid en el País Vasco, San Mamés fue reemplazado por el Estadio de La Cartuja en Sevilla.
Por lo tanto, como compensación por perder los derechos de sede de la Eurocopa 2020, San Mamés fue elegido para la final de la Europa League del miércoles y la final de la Liga de Campeones Femenina del año anterior.
Un toque de historia en la construcción
El moderno Estadio de San Mamés se convirtió en la nueva casa del Athletic Club en 2013.
Este recinto, con capacidad para 53.000 espectadores y luces LED exteriores similares a las del Allianz Arena del Bayern de Múnich, reemplazó al estadio predecesor con el mismo nombre, que se inauguró exactamente un siglo antes.
En un gesto notable que honra su historia y legado, un ladrillo y un trozo de césped del antiguo estadio fueron incorporados en la construcción del nuevo San Mamés.

En lugar de que un trabajador de la construcción realizara esta tarea, una cadena humana formada por leyendas del club, jugadoras del equipo femenino, miembros de la cantera, los jugadores más veteranos y los más jóvenes, y aficionados participaron colectivamente en el traslado del ladrillo desde su lugar en la fachada del antiguo estadio hasta el nuevo emplazamiento adyacente.

El huérfano y el santuario
El nombre San Mamés deriva de San Mamés de Cesarea, un mártir cristiano del siglo III que nació en prisión mientras sus padres estaban encarcelados.
Ambos padres fueron asesinados por su fe, dejando huérfano al joven Mamés.
El propio Mamés fue perseguido por sus creencias, incluyendo un episodio en el que fue arrojado a los leones, aunque logró escapar antes de ser finalmente asesinado al ser empalado con un tridente.
Un antiguo santuario dedicado a San Mamés se encuentra junto al estadio, lo que contribuye a su apodo `La Catedral`.
Y esto ayuda a explicar por qué el Athletic Club es apodado `Los Leones`.




Capitanes rinden homenaje
Como ya hemos visto, el club está impregnado de historia.
Sin embargo, su tradición de 98 años es posiblemente la más elegante de todas.
Durante prácticamente un siglo, los capitanes de los equipos visitantes que juegan en San Mamés (tanto en el antiguo como en el nuevo estadio) han depositado flores para honrar a la leyenda del Athletic, Rafael Moreno Aranzadi, conocido popularmente como Pichichi.
El prolífico delantero, que jugó para el club a principios del siglo XX, falleció trágicamente a los 29 años a causa del tifus.
Los capitanes de los equipos depositan las flores junto a una estatua de Pichichi en la zona del túnel; en el estadio anterior, el busto estaba situado en el exterior.
El equipo húngaro MTK Budapest fue el primero en realizar este gesto en 1927.
Bruno Fernandes no seguirá esta tradición en un posible próximo partido, ya que ha jugado en el estadio varias veces, pero se espera que Son Heung-min lo haga si es la primera visita del Spurs.

Los bocadillos de San Mamés
La afición visitante del Athletic Club es reconocida por su pasión, como demostró en su reciente visita a Old Trafford incluso cuando la semifinal ya estaba prácticamente decidida.
Sus aficionados locales son igualmente dedicados, haciendo que los días de partido en San Mamés sean más que solo los 90 minutos de fútbol.
Miles de aficionados se reúnen horas antes del inicio del partido en la calle Poza, situada justo enfrente del estadio.
La calle está repleta de bares donde los aficionados disfrutan de bebidas y pintxos antes del partido.
Una tradición única del Athletic implica que los aficionados compren bocadillos para llevar al estadio y comerlos durante el descanso.


Acogiendo otros deportes
El Estadio de San Mamés no es exclusivamente un recinto de fútbol.
En 2019, sirvió como punto de partida para la etapa 13 de la carrera ciclista Vuelta a España, con los ciclistas calentando dando vueltas por el césped antes de salir del estadio y dirigirse fuera de Bilbao.
Tres ciclistas que también son aficionados del Athletic – Jonatan Lastra, Mikel Bizkarra y Omar Fraile – incluso vistieron las famosas camisetas rojiblancas del club mientras posaban para fotos en sus bicicletas dentro del estadio.
Finalmente, el récord de asistencia del estadio se registró durante un evento de otro deporte.