CUANDO TOBIAS HARRIS se plantó para tirar desde el ala izquierda al final de un sexto partido en la primera ronda de los playoffs de la NBA el mes pasado, el veterano de Detroit Pistons vio al alero de los New York Knicks, Mikal Bridges, correr hacia él. Esto llevó a Harris a botar el balón y atacar la canasta en su lugar.
Pero Harris, buscando terminar la posesión con un mate, encontró compañía en el aro. OG Anunoby de Nueva York había llegado primero, taponando el intento. El base de los Knicks, Josh Hart, recuperó el balón, lanzando inmediatamente un pase adelantado a Bridges en transición.
Bridges, con dos defensores a vencer en campo abierto (Cade Cunningham al frente y Malik Beasley cerrando desde la izquierda), botó el balón dos veces contra el parqué del Little Caesars Arena antes de elevarse para un mate con la mano izquierda por encima del brazo extendido de Cunningham.
“¡Ese es un mate de hombre!” gritó el comentarista Ian Eagle mientras Bridges completaba la jugada. Por si fuera poco, Bridges también gritó y golpeó el aire en celebración antes de regresar a defender.
La secuencia completa (el cierre de Bridges, el tapón de Anunoby y luego Bridges de nuevo para su atronador mate) mostró la visión de los Knicks para la pareja bidireccional: defender a cualquiera y servir como espaciadores que castigan a los oponentes desde las esquinas cuando las defensas se concentran en el base Jalen Brunson.
Agregar a Bridges, de 28 años, y Anunoby, de 27, tuvo un alto precio y riesgos. En julio, Nueva York cedió cinco selecciones de primera ronda para conseguir a Bridges en un raro acuerdo entre equipos de la misma ciudad con los Brooklyn Nets. Menos de dos semanas antes, los Knicks acordaron un contrato de agente libre por cinco años y 212 millones de dólares (el más rico en la historia de la franquicia) para traer de vuelta a Anunoby después de traspasar a RJ Barrett e Immanuel Quickley a los Toronto Raptors la temporada pasada. Algunos expertos criticaron a Nueva York por el capital de draft y el espacio salarial utilizados para añadir a dos jugadores que nunca han sido All-Stars.
Ahora, Nueva York tiene su mejor oportunidad hasta la fecha de alcanzar las Finales de la Conferencia Este por primera vez en 25 años. Gran parte del éxito de los Knicks durante esta racha de playoffs impulsada por el tiempo de clutch, incluida la oportunidad de eliminar al campeón defensor Boston Celtics en el sexto partido del viernes, ha presentado al dúo enfrentándose cara a cara con los anotadores de élite de la liga. Pero después de que Bridges, Anunoby y la defensa de los Knicks fueran superados en el quinto partido por los Celtics sin Jayson Tatum, Nueva York podría necesitar más magia de sus aleros bidireccionales.
ES COMÚN que Bridges, el “hombre de hierro” de la liga moderna con 556 partidos consecutivos al inicio de su carrera, tenga consigo en su vestuario grandes bolsas de hielo atadas a cada rodilla.
Y el 11 de diciembre, tras la derrota de los Knicks ante los Atlanta Hawks en los cuartos de final de la NBA Cup, ciertamente las necesitó. Bridges acababa de ser bloqueado 50 veces, la mayor cantidad que cualquier jugador de la NBA enfrentó en un partido esta temporada.
Antes de que Bridges se uniera a los Knicks, fue subcampeón del Jugador Defensivo del Año en 2022 y casi siempre había sido desplegado para defender a los mejores anotadores exteriores de los equipos rivales: superestrellas como Kevin Durant, LeBron James y Jayson Tatum.
Sin embargo, en la primera temporada de Bridges con los Knicks, el entrenador Tom Thibodeau lo hizo operar como el taponador principal en el punto de ataque de los Knicks, en un esfuerzo por ahorrar desgaste a Brunson, quien, en ataque, ha manejado el balón más que cualquier otro jugador de la NBA esta temporada.
Durante enero, Bridges navegaba 25 bloqueos por partido, más que cualquier jugador en la base de datos de 13 años de la liga.
Para complicar aún más las cosas, los Knicks también se estaban ajustando a Karl-Anthony Towns como su protector del aro después de haber jugado con el defensor de élite Rudy Gobert en Minnesota. Como tal, los equipos probaron las incorporaciones de Nueva York en defensa durante la temporada baja.
En su mayor parte, esa estrategia funcionó. Hasta noviembre, la defensa de Nueva York ocupaba el puesto 21 en la liga. E incluso después de una mejora significativa y un calendario fácil en diciembre, el club estaba solo en el puesto 15, una caída considerable desde la novena posición la temporada anterior.
Los problemas de adaptación también afectaron a Bridges en el aspecto ofensivo. Durante el tramo de 16 partidos a lo largo de un mes, entre el 1 de noviembre y el 1 de diciembre, lanzó solo seis tiros libres en total, después de promediar casi cuatro por partido la temporada pasada con los Nets. Todo ello supuso una diferencia marcada con el encaje perfecto que demostró ser Anunoby al llegar desde Toronto en diciembre de 2023.
“Lleva tiempo”, dijo Brunson a principios de esta semana sobre la temporada de Bridges. “Es como con los novatos. La gente puede ser muy buena al principio, o la gente puede desarrollarse y mejorar en algún otro momento. Nunca sabes cuándo es ese punto de inflexión… Nunca perdí realmente la fe porque lo conozco desde hace mucho tiempo.”
Mikal Bridges tuvo un tapón crucial en los segundos finales del segundo partido de la serie de segunda ronda de los New York Knicks contra los Boston Celtics.
Hubo señales de que Bridges estaba desarrollando un nivel de comodidad en todo momento (su actuación de 41 puntos contra los San Antonio Spurs, entre ellas), e incluso presagió sus tendencias de jugador clutch y ladrón de balones que sellaron victorias en remontada en los partidos 1 y 2 contra los Celtics. Bridges registró tapones sobre la bocina para asegurar victorias contra los Nets y los Hawks, y en un partido de febrero contra los Bulls, taponó al pívot Nikola Vucevic para enviar ese encuentro a la prórroga.
Pero Bridges y Anunoby también tuvieron un despertar ofensivo, desencadenado por la lesión de tobillo de Brunson al final de la temporada. El cambio desbloqueó un nuevo nivel de anotación del dúo que, si se manifiesta en los momentos adecuados, podría llevar a Nueva York de vuelta a la cima antes de lo que cualquiera esperaba.
CUANDO BRUNSON CAYÓ con un grave esguince de tobillo contra Los Angeles Lakers que lo mantendría fuera 15 partidos, no quedó inmediatamente claro quién dirigiría la ofensiva de los Knicks.
El base suplente Miles McBride también estaba fuera de la alineación debido a una lesión. El tercer base Cameron Payne sufrió una poco después. Y aunque Towns es un pívot fantástico en la creación de juego, generalmente necesita que alguien inicie la ofensiva para él. Esto también suele ser cierto para Hart, quien puede dar problemas a las defensas pero más como un manejador de balón secundario.
Mientras tanto, los roles de Bridges y Anunoby tenían claras prioridades principales en la ofensiva de los Knicks liderada por Brunson: nadie en la NBA lanzó más triples desde la esquina esta temporada que Bridges y Anunoby, quienes intentaron 219 y 216, respectivamente.
Con un vacío en la creación de juego en la ofensiva del club, Bridges manejó más el balón y aumentó su juego de media distancia (terminó la temporada tirando 50.7%, tercero en la NBA entre tiradores de volumen) y aumentó su anotación de 17 puntos por noche antes de la lesión de Brunson a 20.5 en ausencia del base. Parece haber reforzado la confianza anotadora de Bridges en las etapas finales de los partidos, cuando Brunson descansa en el último cuarto.
Mientras tanto, Anunoby dio un salto aún mayor, pasando de 16.5 a casi 23 puntos por partido con una eficiencia mejorada.
“Nuestro estilo de juego obviamente resalta a Jalen y KAT. Creo que a veces podemos destacar un poco más a OG y Mikal”, dijo Hart. “Sabía que OG siempre tuvo la capacidad de encestar tiros, incluso el año pasado, con sus tiros de media distancia, `step-backs`, cosas así, pero siento que lo llevó a otro nivel cuando Jalen cayó.”
“La NBA es muy situacional, porque él es capaz de tener grandes noches anotadoras, y a veces no se le llama. Pero cuando se le llama, él está a la altura de la ocasión.”
A Thibodeau, de mentalidad defensiva, le encantan Bridges y Anunoby sobre todo por lo que quitan como defensores, particularmente al final de los partidos apretados a lo largo de la salvaje racha clutch de Nueva York esta postemporada.
Los Celtics liderados por Jayson Tatum y Jaylen Brown habían tirado solo un 13% (3 de 23) en total, con más pérdidas de balón que canastas, en 14 minutos de tiempo de clutch durante esta serie. Boston, más dependiente de los triples que cualquier otro equipo en la historia de la liga, ha conectado solo uno de sus 11 intentos desde el perímetro en esos escenarios, un mérito enorme para el dúo de aleros defensivos de los Knicks.
“Pides a los chicos, particularmente en situaciones de cinco-out, que entren para proteger la pintura y también salgan para cubrir la línea de triple. Y luego, cuando se lanza el balón, que vayan a rebotear”, dijo Thibodeau sobre Bridges y Anunoby. “Tener la versatilidad para jugar de 2, 3 y 4, te permite hacer muchos más cambios defensivos.”
Se podría argumentar que los aleros son el barómetro más importante de los Knicks en la serie contra Boston. Cuando ambos juegan bien, como en la segunda mitad del sexto partido de eliminación en Detroit, o en la victoria del cuarto partido contra Boston, en la que combinaron 19 puntos con 9 de 10 tiros en el crucial último cuarto, es increíblemente difícil superarlos.
En noches como el quinto partido, cuando la defensa de los Knicks permitió 22 triples y Anunoby y Bridges combinaron ellos mismos un 5 de 26 en tiros, impone una carga insostenible para Brunson y Towns anotar. Si Nueva York puede sacar suficiente de sus aleros para eliminar a Boston, y al hacerlo, convertirse en favorito para ganar el Este, todas las selecciones y el salario por Bridges y Anunoby habrán valido la pena para los Knicks, de quienes casi nadie esperaba que llegaran tan lejos después de flaquear contra su rival durante la temporada regular.