El rugido de la afición por McIlroy
La actuación de Rory McIlroy el sábado en Royal Portrush electrizó a la multitud en el Open Championship. Bajo el sol de Irlanda del Norte, McIlroy se plantó en el tee del hoyo 17, uno de los puntos más altos, absorbiendo la energía del público. Los aficionados vitorearon ruidosamente mientras McIlroy comenzaba con fuerza, especialmente con un espectacular eagle en el hoyo 12, resultado de un putt de 17 metros. Este momento culminante, que él mismo describió como “uno de los más geniales” de su carrera en un campo de golf, alimentó el sueño de una victoria en casa.
Durante todo el día, miles de seguidores, tanto locales como internacionales, apoyaron incondicionalmente a McIlroy. Sus aplausos y cánticos, como el repetitivo “¡Rory! ¡Rory! ¡Rory!”, aumentaban con cada golpe exitoso, creando una atmósfera intensa y vibrante. La multitud seguía cada uno de sus movimientos, desde las dunas hasta los puntos de encuentro abarrotados, demostrando que, para ellos, McIlroy era la figura principal y el héroe local del torneo.

La sombra ineludible de Scottie Scheffler
A pesar del abrumador apoyo y la emoción generada por McIlroy, la presencia constante e implacable de Scottie Scheffler proyectaba una sombra sobre el entusiasmo. Mientras McIlroy luchaba por cada golpe, los marcadores revelaban la dura realidad de enfrentarse a un oponente tan dominante. McIlroy reconoció el juego sólido e “inevitable” de Scheffler y su sorprendente ausencia de errores, destacando especialmente sus repetidos birdies en el desafiante hoyo 16, conocido como “Calamity Corner”, algo que pocos jugadores lograron.

El reconocimiento de los rivales ante la dominancia
La excelencia de Scheffler no solo frustra los sueños de McIlroy, sino también los de otros competidores de élite. Matthew Fitzpatrick, Russell Henley, Xander Schauffele, Harris English y Haotong Li, todos reconocieron la forma inigualable de Scheffler. Schauffele comentó: “Cuando veo a Scottie jugar, me parece que está absorto, simplemente haciendo lo suyo. Está en su propio mundo y nada le molesta.” English añadió: “Es increíble… Es impresionante de ver, y lo que está haciendo es increíble.” Incluso Li, quien se encuentra a cuatro golpes y jugará en el grupo final del domingo, admitió: “Cuatro golpes por detrás, es como jugar por el segundo puesto. Especialmente jugando con el número 1 del mundo.”
Scheffler, por su parte, se mantiene humildemente estoico ante su éxito, restando importancia a su habilidad para cerrar las rondas finales. Al ser preguntado por su récord de cerrar nueve ventajas consecutivas de 54 hoyos, simplemente encogiéndose de hombros, afirmó: “Me gusta estar aquí compitiendo.”
Buscando la historia: Scheffler y el legado de Woods
La obsesión de Scheffler por la competición lo ha llevado a un punto donde no solo es perseguido por todos sus rivales, sino que también persigue la historia. Su dominio constante lo acerca a comparaciones con leyendas como Tiger Woods. Si logra la victoria el domingo, Scheffler se convertirá en el cuarto jugador en ganar el Open, el Masters y el PGA Championship antes de cumplir los 30 años, un hito que el propio Woods logró.
Aunque McIlroy y los demás esperan poder controlar su destino en la ronda final, la realidad es que sus esperanzas dependen en gran medida de la actuación de un jugador que, con su implacable consistencia, parece frustrar los sueños de sus oponentes para vivir.